sábado, 5 de julio de 2025

Comunicación y misión: posverdad y poder

 

Crónica de una noche de reflexión y diálogo con Emanuel Boffi

El jueves 3 de julio, a las 20:00, se realizó un encuentro propiciado por el movimiento Comunión y Liberación, en el marco de sus 40 años de presencia en el país. Será en el Aula Magna de la sede central de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción (Independencia Nacional y Comuneros, Asunción).


La conferencia, titulada “Comunicación y Misión, Posverdad y Poder”, contó con la destacada presencia de Emanuel Boffi, periodista y director de la revista mensual Tempi, quien compartió sus profundas reflexiones sobre un fenómeno que, según dijo, “involucra fundamentalmente una cuestión de filosofía general, de filosofía del derecho y, por sobre todas las cosas, de filosofía política”.

El contexto de la charla fue el de una sociedad donde “la verdad como realidad hoy está básicamente relativizada”, llevando a la percepción de que “cada uno tiene su verdad”. Esta relativización se manifiesta en el campo periodístico con una “falta de credibilidad hacia los medios de comunicación”, donde la opinión pública interpreta que cada medio “tiene su verdad, orientada según intereses o ideologías”.

La Posverdad: ¿Quién Manda y el Poder de las Palabras?

Emanuel Boffi inició su exposición desafiando la noción de que las palabras significan lo que uno quiere, citando la famosa escena de Alicia en el País de las Maravillas, donde se afirma que el sentido de las palabras “depende de quién manda”. Esta idea vincula el problema de la verdad directamente con el poder, ilustrándolo con el ejemplo de cómo el significado de la palabra “mujer” se ha desvirtuado en Europa. Se afirma que el concepto de “mujer” se redefine hasta extremos absurdos, sustituyéndose incluso por eufemismos ofensivos. Para Boffi, esto demuestra que en la Europa actual “las palabras y lo que ellas significan ya no son las mismas”.

El término “Posverdad” se popularizó entre 2015 y 2020, coincidiendo con fenómenos como la elección de Donald Trump, el Brexit y las manifestaciones contra la ideología de género en Francia. Boffi señaló que para la mayoría de los medios de comunicación estos fenómenos eran vistos como el resultado de una “verdad falsa” que contradecía la “verdad” que ellos promulgaban. En realidad, explicó, el problema de la Posverdad no era una búsqueda de la verdad, sino una “batalla política para imponer la propia opinión sobre los hechos”. Cuando la gente comenzó a seguir otras fuentes de información, especialmente en redes sociales, y Trump ganó las elecciones, los medios hegemónicos culparon a las “fake news”, ignorando que Trump había sido “más audaz” en el uso de estas plataformas.

Censura Velada en Democracias: Un Desafío Sutil

Frente a esta dinámica, una primera reacción de los adversarios de figuras como Trump fue la censura, como su expulsión de las redes sociales. Boffi enfatizó que, si bien existen formas violentas de censura como las que experimentan opositores en China —donde se impide la búsqueda de la verdad de manera brutal—, en las democracias se manifiesta una forma de control “menos violenta” y más difícil de identificar.

Esta “censura velada” implica que si una opinión “contradice la interpretación prevalente de los hechos”, es simplemente “dejada de lado”. En Italia, señaló, “algunos grandes periódicos te dicen lo que debes pensar”, y cualquier palabra diferente “es ignorada”. La revista Tempi, que Boffi dirige, fue fundada hace 30 años precisamente para “dar voz a interpretaciones distintas de la mayoría cultural”. Desde entonces se han enfrentado a batallas sobre temas como la eutanasia, el aborto o el género, donde sostienen una “posición minoritaria” en el panorama mediático. Su labor, afirmó, es “explicar las verdaderas consecuencias” de ciertas leyes, como la de la eutanasia, mostrando cómo en otros países se aplica incluso a niños, personas con depresión o enfermedades curables, contrarrestando la presentación “emotiva y sentimental” que busca generalizar estas prácticas.

Cómo Enfrentar la Posverdad: Pilares Fundamentales

Ante este panorama, la conferencia delineó varias estrategias clave para enfrentar la Posverdad:

  1. Afirmar la Existencia de la Verdad: Es crucial reconocer que la verdad existe y no es solo cuestión de opiniones. Tiene que ver con la realidad que podemos constatar, como que “una mujer es una mujer”. Si un periodista no cree en la verdad, “no puede contar nada”.
  2. Construir Puentes, No Muros: Frente a la tendencia de las redes sociales a encerrar a las personas en burbujas algorítmicas con quienes piensan igual, es vital “romper este aislamiento”. Se debe fomentar el diálogo y ver al otro “como un bien, y no como un enemigo”.
  3. Ir al Fondo de las Cosas y Educar: A diferencia de la superficialidad de muchos influencers —cuyas explicaciones suelen ser “la espuma del mar” y “no responden completamente a las preguntas”—, es fundamental “educar y ayudar a los jóvenes a llegar al fondo de las cosas”. Cuando sus hijos le mencionan algo dicho por un influencer, Boffi contó que les pregunta: “¿Es verdadero o es una mentira?” y no teme decir “es una tontería” si lo es.
  4. La Importancia de la Confianza y la Comunidad: Este fue el pilar más enfático. Las redes sociales capturan nuestra atención con estrategias emotivas, dejando a las personas “más solas y manipulables”. La única forma de resistir este poder, explicó, es “si la gente está unida”.
  • Confrontar y Verificar: El medio más efectivo para buscar la verdad es “pertenecer a grupos de confianza donde se pueda confrontar y verificar la información”.
  • Confianza en el Testigo: La noticia que nos llega debe provenir de una persona en quien confiemos, ya que “la comunicación es fe”.
  • El Problema de la Soledad Actual: Los jóvenes de hoy, aunque mantienen la “búsqueda de la verdad” de generaciones anteriores, tienen una “soledad mucho más acentuada” y “muchos menos lugares donde estar juntos y confrontar”. Por ello, “recrear estos espacios donde se pueda estar juntos” es una necesidad urgente.

En síntesis, la respuesta a la Posverdad reside en la afirmación de una verdad objetiva, la profundización del conocimiento, la defensa de la libertad de expresión y, sobre todo, el fortalecimiento de comunidades y “lugares de confianza, donde finalmente los amigos te ayudan a avanzar, a verificar y a comparar”. Es un desafío que no solo atañe a comunicadores y periodistas, sino a “cada uno en su ámbito”.



viernes, 9 de mayo de 2025

Seguimiento apasionado para «caminar juntos»

 



Las palabras de Davide Prosperi: «Alegría y gratitud por la elección del papa León XIV. Pidamos a Cristo que conceda a su Vicario su luz y su fuerza, confirmando nuestra disponibilidad total para ponernos incansablemente a su servicio y el de toda la Iglesia»


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domingo, 4 de mayo de 2025

«Unidos a la Iglesia, pedimos por los cardenales»

 El movimiento secunda la petición del Colegio cardenalicio. Las palabras de Davide Prosperi: «Que el Padre sostenga nuestra fe y nuestra unidad, y que María, madre de la Iglesia, nos proteja con su intercesión»






lunes, 21 de abril de 2025

Prosperi: «Unidos a la Iglesia en oración por el Papa Francisco»

Las palabras del Presidente de la Fraternidad de CL tras la noticia de la muerte del Santo Padre. «Agradecidos por su testimonio de fe y su paternidad, seguiremos por el camino que nos ha indicado» 



Hemos recibido esta mañana con profundo dolor la noticia del retorno del Papa Francisco a la casa del Padre. El movimiento de Comunión y Liberación se une con gran afecto a la oración y el pesar de toda la Iglesia, del pueblo cristiano y del mundo entero por el fallecimiento del Santo Padre. 

En el silencio de la oración, nuestro dolor va acompañado por una conmovida gratitud por el testimonio de fe incansable que el Papa Francisco ha mostrado al mundo hasta el último día, confirmándonos que «lo que para nosotros es esencial, lo más bello, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario es la fe en Cristo Jesús» (Discurso a la Plenaria del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, 26 de enero de 2024). Este es el corazón de su mensaje: redescubrir el rostro amoroso del Señor, que siempre nos precede, siempre nos perdona, siempre nos invita a dejarnos acoger en Sus brazos, que son los brazos de la Iglesia. Solo esto dona alegría a la vida, como el Santo Padre nos ha indicado insistentemente desde el comienzo de su pontificado. «La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría» (Evangelii Gaudium, 1).

También agradecemos el reconocimiento autorizado que el Papa Francisco ha expresado tantas veces por el carisma donado al Siervo de Dios don Luigi Giussani, por su paternidad y por la gran tarea que nos ha confiado: «Os invito a acompañarme en la profecía por la paz [...]; en la profecía que indica la presencia de Dios en los pobres, en cuanto abandonados y vulnerables, condenados o dejados de lado en la construcción social; en la profecía que anuncia la presencia de Dios en toda nación y cultura, yendo al encuentro de las aspiraciones de amor y verdad, de justicia y felicidad que pertenecen al corazón humano y que laten en la vida de los pueblos. Que arda en vuestros corazones esta santa inquietud profética y misionera» (Audiencia a CL, 15 de octubre de 2022).

En una relación personal sinceramente afectuosa, el Papa Francisco siempre me ha mostrado una gran estima y atención por nuestro movimiento. Seguiremos por el camino que nos ha indicado, para que el movimiento sea siempre fiel al don del Espíritu para servir a la gloria de Cristo en el mundo que es la Iglesia, Su cuerpo viviente.

Estamos infinitamente agradecidos al Santo Padre por el servicio que ha prestado al Señor, a la Iglesia y a la humanidad entera en este complejo periodo de la historia. Invito a todas las comunidades de Comunión y Liberación a reunirse en oración, junto a toda la Iglesia, para encomendar el alma del Papa Francisco al infinito amor misericordioso del Señor.

Que María, Madre de la Iglesia, vele por él y por nosotros”. 

Davide Prosperi


¡Gracias, Santo Padre!

 Papa Francisco. «Llamados a una vida que no conoce ocaso»



El Santo Padre ha muerto esta mañana. Ayer, al término de las celebraciones pascuales, se asomó a la logia de la Basílica de San Pedro para el mensaje Urbi et Orbi


viernes, 18 de abril de 2025

Un Camino de Fe al ritmo de la Cruz: Viacrucis CL Paraguay

Fe en movimiento. Desde la Catedral hasta la Costanera y de regreso, el Viacrucis convirtió la ciudad en un camino de oración, silencio y comunidad viva.



Apenas el reloj marcó las nueve de la mañana, las puertas de la Catedral de Asunción se abrieron a una peregrinación distinta. No era una simple caminata: era el inicio de un gesto profundo, compartido, en el que la fe se volvía movimiento, paso a paso, detrás de una Cruz que encabezaba el camino como un faro silencioso. Así comenzó el Viacrucis organizado por CL Paraguay.

El grupo se puso en marcha, envuelto en un clima de recogimiento. Familias, jóvenes, adultos mayores… nadie parecía estar allí por costumbre, sino por una necesidad más honda: caminar junto a Cristo en su Pasión. Las 14 estaciones del Viacrucis no fueron solo puntos en una ruta, sino pausas para mirar, contemplar, dejarse tocar. Cada estación ofrecía palabras breves y densas, silencios que hablaban, gestos de una fe vivida.

La Costanera se convirtió en nuestro Jerusalén. Con el río Paraguay a un lado y la ciudad latiendo al fondo, el contraste no hacía más que subrayar la belleza del momento: entre el ruido habitual del mundo, un grupo de personas elegía detenerse, mirar la Cruz, y seguirla. No hubo consignas ni pancartas, pero el testimonio estaba a la vista: una comunidad unida por algo más grande.

Cuando el sol comenzó a elevarse, el camino nos llevó de regreso a la Catedral. Allí, el Coro Memorare nos recibió con sus cantos, envolviendo la atmósfera con una dulzura solemne. Y entonces, la Adoración de la Cruz: un instante de profundidad serena, de gratitud, de entrega.


Cerca del mediodía, el Viacrucis llegaba a su fin, pero nadie salía igual que como había entrado. En los rostros se leía algo nuevo, quizás paz, quizás una certeza renovada. Porque cuando uno camina detrás de la Cruz, aun en medio del caos del mundo, descubre que hay un sentido que sostiene todo.




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martes, 1 de abril de 2025

Pascua 2025. El cartel de Comunión y Liberación

Las palabras del papa Francisco y de don Giussani acompañan el Beso de la cruz de Giovanni Segantini




Nuestra esperanza se llama Jesús. Él entró en el sepulcro de nuestros pecados, llegó hasta el lugar más profundo en el que nos habíamos perdido, recorrió los enredos de nuestros miedos, cargó con el peso de nuestras opresiones y, desde los abismos más oscuros de nuestra muerte, nos despertó a la vida. ¡Celebremos la Pascua con Cristo! Él está vivo y también hoy pasa, transforma, libera. Con Él el mal no tiene más poder, el fracaso no puede impedir que empecemos de nuevo.
Papa Francisco


La victoria de Cristo es una victoria sobre la muerte. Y la victoria sobre la muerte es una victoria sobre la vida. Todo tiene una positividad –cualquiera que sea la situación que experimentemos, incluso la más difícil o dolorosa en extremo–, hay un bien a punto de nacer en el límite de nuestro horizonte humano.
Luigi Giussani



lunes, 17 de marzo de 2025

Un camino realista hacia la paz

Las guerras, la carrera armamentística, el debate que incendia el Viejo Continente, pero no solo eso. «Europa debe decidir si quiere ser fiel a su vocación o contribuir a la atmósfera conflictiva que parece invadirlo todo». La carta de Davide Prosperi al diario la Repubblica



Querido director:

El dramático momento histórico que estamos viviendo me anima a escribirle. Los conflictos armados aumentan en muchas partes del mundo, también dentro de Europa, da la impresión de que se están derrumbando los pilares sobre los que se apoya la convivencia civil, el desarrollo socio-económico y con ello la posibilidad de una mirada positiva a nuestro futuro. Instituciones, gobiernos, sujetos sociales y culturales de todo orden y tipo, lamentablemente también algunos representantes de la Iglesia, parecen a veces contradictorios y confusos en sus juicios (y en su forma de expresarlos). Este escenario plantea varios interrogantes. No soy experto en geopolítica, pero como europeo y como cristiano siento la responsabilidad de contribuir a la reflexión, fruto de una confrontación dentro del movimiento al que pertenezco, en el debate actual sobre la defensa común europea. 

Más allá de las cifras que ya se están destinando desde los estados de la UE, una defensa verdaderamente “común” implicaría –como ya han afirmado muchos expertos más autorizados que yo– una política exterior común y por tanto un sujeto político unitario, cosa que la UE no es. En efecto, debemos reconocer que la Europa que imaginaron De Gasperi y los demás protagonistas de aquella etapa política –que no vislumbraron en la defensa el primer eslabón de una auténtica unión federal– no se ha realizado. La UE es en cambio el resultado de un compromiso sin duda virtuoso desde muchos puntos de vista, pero que ha dado origen a un híbrido político objetivamente frágil, fundado sobre los preceptos del individualismo liberal que, con el tiempo, han llevado este proyecto cada vez más lejos de los valores compartidos por los inspiradores de la idea originaria. Por lo demás, Europa se ha configurado a lo largo de la historia como un conjunto de pueblos diversos, a menudo en conflicto entre sí, pero unidos por una cultura común arraigada en la tradición greco-romana y judeo-cristiana. Más tarde, la modernidad nos hizo creer que podíamos prescindir del fundamento trascendente de dicha tradición, perdiendo así su fuerza unificadora. En este sentido, en la búsqueda de soluciones adecuadas también para el problema urgente de la seguridad, creo que hay que considerar a la Unión Europea por lo que está llamada a ser: un lugar de encuentro, un espacio de diálogo dentro y entre naciones, capaz de incluir a todos los actores implicados en los diversos escenarios, con una labor diplomática paciente y con visión de futuro. Ante todo, hay que afrontar los obstáculos políticos y económicos con el coraje de buscar formas nuevas, sin conformarse con atajos de carácter militar que no resuelven los problemas, sino que en todo caso los agravan.

El problema que Europa está llamada a afrontar hoy es fundamentalmente cultural. La Unión debe decidir si quiere ser fiel a su vocación como lugar de encuentro, de mediación y por tanto de construcción de la paz, promoviendo la centralidad de la persona y una cultura subsidiaria dentro de cada país, o bien si quiere contribuir a la atmósfera conflictiva que parece invadirlo todo. Por dichas razones, la perspectiva de garantizar la seguridad común mediante ingentes inversiones en armamento, con mayor razón si dependen de cada estado miembro, me parece realmente inadecuada, como por otro lado ha señalado también el arzobispo de Moscú, monseñor Pezzi. Puesto que el proyecto político europeo tiene lagunas evidentes para todos, creo que es un error pensar que el rearme para hacer frente a un agresor peligroso sea la mejor manera de colmar el vacío identitario que estamos viendo.

La condena de la Primera Guerra Mundial como una «matanza inútil» por parte del papa Benedicto XV adquiere un nuevo valor frente al potencial destructivo de las armas de hoy. El papa Francisco no se cansa de repetir que armarse solo significa prepararse para la guerra. Desearía que todos los políticos europeos tuvieran en cuenta esta advertencia. Hace años, don Giussani afirmaba: «La paz depende de que el hombre admita su incapacidad para conseguir la perfección por sí mismo, mientras reconoce indefectiblemente su deuda hacia el Ser» (La República, 24 de diciembre de 2000). Creo que hoy también son muchos, y no solo entre los católicos, los que comparten lo que dice Giussani: solo la conciencia de no ser nosotros los dueños de la historia puede abrir un resquicio realista y profundo hacia la verdadera paz.

 Davide Prosperi

la Repubblica, 16 de marzo de 2025


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