
Cuando el mal que le aquejaba comenzaba a reducir dramáticamente las expectativas de una cura y día a día volvía su físico siempre más frágil, con voz más débil pero con tan alegre determinación exclamaba “Ofrezco esta circunstancia porque es la ocasión para afirmar mi relación con Cristo. A través de esta circunstancia Cristo me dice “me amas tu?” y yo puedo responder “Si tu sabes que te amo” tu me has dado todo. Pero yo necesito testigos que me ayuden a recordar que Jesús me amo y yo le amo.
Esta consagración no es una actitud sentimental o una idea, sino el fruto de un largo camino, con connotación de una experiencia real, extremadamente concreta Don Danilo era capaz de gestos de rara ternura y dotados de una inteligencia muy vivaz.
Su si a Cristo ha sido un rostro y un lugar bien precisos que le han consentido de vivir con plenitud su vocación sacerdotal.
Luis Galeano.