lunes, 31 de agosto de 2009

Vicepresidente paraguayo presenta en el Meeting exposición sobre las Reducciones


[L.F. Franco (al centro) con la remera de la Fraternidad de San Carlos, junto con Liz Cramer y algunos seminaristas]

Luis Federico Franco Gómez, vicepresidente de la República del Paraguay, ha presentado en el Meeting de Rímini una exposición dedicada a las reducciones jesuitas creadas en el país entre los siglos XVI y XVIII. Franco insistió en que su presencia en la trigésima edición del Meeting es fruto de su amistad con el Padre Aldo Trento, que también ha presentado un libro de dos volúmenes sobre las reducciones. Una amistad que suscitó en el vicepresidente, según sus propias palabras, el deseo de recuperar la memoria de la civilización guraní y de su desarrollo gracias a la obra de los jesuitas. "La obra del Padre Aldo y de los jesuitas estan unidas. Los guaraníes creían en un solo Dios y lo buscaban en su camino hacia la Tierra sin mal, pero vivían en familias separadas. Los jesuitas les unieron, al demostrarles como la vida aislada no sirve de nada, y haciéndoles encontrar aquello que buscaban: a Cristo".

Franco ha recordado que también hoy las familias de Paraguay viven una situación difícil: separaciones, personas marginadas, SIDA, mujeres solas, niños de la calle, ancianos. "La obra del Padre Aldo aparece como una nueva evangelización y su Hospital de San Rafael es una respuesta a la necesidad de estas personas. Los jesuitas y el Padre Aldo han hecho en Paraguay lo mismo: han salvado almas para la gloria de Dios". El vicepresidente terminó su intervención agradeciendo la labor del Padre Aldo y la ayuda del movimiento Comunión y Liberación a esta obra.

Por su parte, el Padre Aldo comenzó su intervención con una dos citas de personajes de la historia española, como Isabel la Católica y Carlos V. De Isabel la Católica leyó unas palabras que apuntaban la base de la conquista española del continente americano: "el principal fin es que aquellos pueblos abracen la fe". Y de Carlos V: "Es preferible caer antes que perder una sola alma para Dios".

El Padre Aldo ha definido las Reducciones como "un intento humano de los jesuitas por dilatar la compañía de Jesús mediante el anuncio de un acontecimiento que cambia la vida. El guaraní era un pueblo de hombres libres, protagonistas de su propia vida, capaces de lograr con su trabajo un gran desarrollo económico. Estaban fascinados por la belleza. Al entrar en la iglesia, el indio quería encontrar el Paraíso y así lo ha mostrado en el arte, la pintura, la escultura, la música".

Una vida cotidiana determinada por el hecho cristiano

Ésta es, en resumen, la experiencia que refleja la exposición sobre las Reducciones en Paraguay: la de una vida cotidiana determinada por el acontecimiento cristiano. Experiencia que se desarrollo en un espacio de tiempo de casi 150 años, desde finales del XVI hasta mediados del XVIII, con una historia muy rica en la que se mezclan la vida de los humildes indios guaraníes con la de ilustres personalidades de la época, como el padre Antonio Ruiz de Montoya o el padre Antonio Sepp, definido como "el genio de las Reducciones". A raíz de este encuentro entre los indios guaraníes y el cristianismo vivido nació esta experiencia absolutamente única, original y diferente a cualquier otra.

Al visitar esta exposición sorprende pensar cómo fue posible hace 400 años crear en medio de la selva estas imponentes basílicas. Una sorpresa que aumenta al descubrir el sistema de propiedad y el modelo económico desarrollado en las Reducciones, donde las personas que antes vivían en la pobreza han llegado a crear un sistema productivo capaz de sostener a más de 140.000 personas en 30 reducciones. Sorprende también el modelo de educación propuesto y vivido en esta experiencia, por el cual todos sabían escribir y la escuela era obligatoria para todos los niños, cuando todavía en Europa la mayor parte de la población era analfabeta. Y así con todo.


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