domingo, 29 de junio de 2025

Cantando con Óscar

 


El encuentro cultural "Cantando con Óscar" estuvo lleno de melodías y significado. Con Óscar Clemotte, cantautor nacido en Luque, la "ciudad de la música", como protagonista, el aire se impregnó de la profunda convicción de que "ninguna expresión de los sentimientos humanos es superior a la música" y que "el canto es la expresión más elevada del corazón del hombre"; palabras del Siervo de Dios Luigi Giussani que resuenan como el espíritu mismo del evento.

Realizado el sábado 28 de junio, a las 20:30 horas, en Casa Cultura y Fe de Asunción, el evento fue una verdadera celebración de la memoria, la fe y la música compartida.

Las canciones de Óscar son mucho más que acordes y letras: son el eco vivo de una gran experiencia de amistad que comenzó a mediados de los años 80, específicamente en 1984, cuando, junto a un grupo de jóvenes de la parroquia Virgen del Rosario de Luque y el primer sacerdote misionero italiano, el Padre Lino Mazzocco, forjaron una comunidad. Cada pieza narra un capítulo de esa historia y ha ido "acompañando el crecimiento de la comunidad". "Hoy arriesgaré", por ejemplo, nació de una introspección profunda durante el servicio militar, uniendo el sinsentido de la rutina con la revelación de una salvación palpable en el encuentro con Cristo y los amigos, una verdad que "te llevará a experimentar la plenitud de la vida".

La identidad latinoamericana, anclada en la fe y no solo en el idioma, encontró su himno en "Somos Latinoamericanos", una canción que Óscar ideó como "un himno" y que buscaba reevangelizar el continente, inspirada por San Juan Pablo II. Y la poderosa "¿Quién nos podrá separar?" surgió de la experiencia dolorosa de perder a un amigo, afirmando que la amistad fundada en Cristo es "para siempre". Incluso la ternura de la familia se expresa en "Vivir es pertenecer", donde "vivir es pertenecer, pertenecer es comunión y es liberación". La creación de esta última, con una casa blanca, un jardín y niños, coincidió providencialmente con su propia vida familiar.

Con la ayuda de un charango y un ritmo del altiplano andino, resonó la canción dedicada al Padre Lino por sus 50 años de sacerdocio: un canto a la vocación y a la amistad con Cristo, inspirada en una frase de Don Giussani y en Santa Teresa: "Nada te turbe, nada te espante". En cada nota se palpaba que "nuestras memorias siempre vivirán" y que la distancia no las impedirá: un agradecimiento por la amistad que se vive como "semilla de la eternidad". Este encuentro con Óscar Clemotte no fue solo un concierto, fue una vivencia compartida, un recordar que la fe y la amistad son el corazón que canta y despierta. Es un sentir que sus canciones, nacidas de lo profundo, "pegaron bastante en muchos países", incluso en Europa, y continúan haciéndolo, llevando esperanza y verdad.

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