miércoles, 20 de junio de 2012

«La autoconciencia nueva del cristiano»

DOCUMENTOS


18/06/2012 - El mensaje de Julián Carrón para la XXXIV edición de la peregrinación de Macerata a Loreto.

Queridos amigos, conscientes del momento que estamos atravesando tanto en la Iglesia como en el mundo, os deseo que este año la peregrinación a Loreto os ayude a volver a descubrir qué es la fe que habéis recibido y que tantas veces damos por descontado. En este sentido, don Giussani nos ha indicado el camino:
«Sólo recuperando la memoria de Cristo, lleno de dolor por haberle olvidado, puede el hombre volver a emprender su camino en el ámbito de cualquiera de sus intereses y en todas sus formas de expresarse, ya que la memoria de Cristo es el contenido normal de la autoconciencia nueva del cristiano» (1994).

La meta de la peregrinación, la Santa Casa donde el Ángel llevó el anuncio a María, os facilita esta recuperación: toda la seguridad de la Virgen, de hecho, se asentaba en su Señor, que aferró su nada para hacer de ella la primera morada de Dios en el mundo. Tal era y es Su piedad para con cada uno de nosotros. Así, María esperaba cada día renovando su “sí”, sin el cual Cristo no habría podido hacerse carne en su seno y ser el Dios con nosotros.
Que el amor de Cristo por cada uno de vosotros sea lo que determine vuestra mirada a lo largo del camino a las personas y a las cosas. Así Cristo no quedará reducido a un mero nombre; será el renovado contenido de vuestra autoconciencia: «Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí» (san Pablo). Que ningún límite o pecado pueda quitarnos la humilde certeza de haber encontrado al Señor, que se encarna en cada fibra de nuestro ser y nos permite siempre volver a comenzar.
De manera especial, este año os pido que ofrezcáis a Cristo por el Santo Padre el cansancio de la noche, agradecidos por el testimonio de un camino humano que nos ha brindado en Milán. Su presencia se ha mostrado irreductible frente al poder de este mundo, porque sus pasos se asientan sobre la roca que es Cristo. Benedicto XVI sigue mendigando nuestro “sí” para llevar a cabo la tarea más urgente para los cristianos: la de llegar a ser «maduros en la fe y testigos de humanidad». «En un tiempo en el que Dios se ha vuelto para muchos el gran desconocido y Jesús solamente un insigne personaje del pasado, dejémonos encontrar y aferrar por Dios para conducir al hombre de hoy, a menudo distraído, a un renovado encuentro con Jesucristo» (a la Asamblea de la CEI, 24 de mayo de 2012).
Con palabras de Benedicto XVI en Milán, os digo: «La santidad es la senda normal del cristiano: no está reservada a unos pocos elegidos, sino que está abierta a todos. Que la Virgen María custodie siempre la belleza de vuestro “sí” a Jesús, su Hijo, el gran y fiel Amigo de vuestra vida» (2 de junio de 2012).
Pidamos al Padre, por la intercesión de don Giussani, la conversión de nuestro corazón, para no desperdiciar la gracia que hemos recibido.

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